-NO CONTROLABLES:
1.- Envejecimiento natural: A lo largo de nuestra vida, el organismo atraviesa una serie de cambios naturales que afectan a la función y aspecto de la piel.
2.- Infancia: La piel es suave y sin imperfecciones.
3.- Adolescencia: Los cambios a nivel hormonal, el incremento en la producción de las glándulas sebáceas y la predisposición genética hace que la piel se encuentre susceptible a sufrir diversas imperfecciones.
4.- Edad adulta: Las glándulas sebáceas son menos activas, de modo que la piel es cada vez más propensa a la seguridad y menos susceptible a sufrir imperfecciones. La piel pierde elasticidad, dando lugar a finas líneas y arrugas.
5.- El sol: Quizá el factor ambiental más perfudicial. Los rayos solares estimulan la producción de vitamina D de la piel, proporcionan una sensación de calor y bienestar y un engañoso aspecto saludable. Pero con el paso de los años, la continua exposición a los rayos utravioletas (UV) del sol seca, daña y arruga la piel.
6.- Humedad: Un bajo índice de humedad le quita a la piel la hidratación esencial. Una elevada humedad da a las glándulas sudoríparas a trabajar en exceso, dando a la piel un aspecto graso. A pesar de que la piel puede tener una sensación más grasa en un ambiente caluroso y húmedo, sigue necesitando la hidratación para protegerse contra los efectos del sol. También es esencial mantener la piel seca en su superficie mediante un lavado frecuente y eficaz.
7.- Temperaturas extremas: Temperaturas frías combinadas con un bajo índice de humedad incrementan la perdida de hidratación de la piel dejándola rígida y seca. Temperaturas elevadas con poca humedad también deshidratan la superficie y "cuecen" literalmente la piel.
8.- Viento: El viento fuerte especialmente cuando se combina con temperaturas extremas y un bajo índice de humedad, puede dar lugar a una piel seca y escamada. Por otro lado, el polvo y la suciedad que levanta el viento golpea la piel y se adhiere a ella, bloqueando los poros y ahogándola.
9.- Contaminación: El aire contaminado también se adhiere a la piel y bloquea los poros.
Acción del tabaco |
-CONTROLABLES:
1.- Sueño: Es el remedio más sencillo y básico para la piel. Durante éste, la piel se renueva por si sola creando nuevas células. Una piel sana exige dormir las horas adecuadas. Se recomiendan de 7 a 8 horas diarias de sueño.
2.- Agua: Es el elemento líquido que el organismo precisa para eliminar las impurezas del sistema. Beber de 6 a 8 vasos de agua al día contribuye a mejorar las circulación y acelera el crecimiento de las células.
3.- Nutrición: Los alimentos proporcionan las vitaminas y minerales necesarios para el funcionamiento del organismo. Existe una relación directa entre una piel sana y una buena nutrición. Es extremadamente importante seguir un régimen alimenticio equilibrado y sano.
5.- Stress: Puede tener drásticos efectos sobre la piel, provocando en ocasiones la aparición de manchas, urticaria, pérdida de color y ojeras. Expresiones faciales habitualmente tensas pueden marcar permanentemente el rostro. Es útil practicar ejercicios de relajación de los músculos facilaes y evitar fruncir el ceño cuando se esta bajo una situación de stress.
6.- Sustancias tóxicas: De todos los factores que afectan la piel, estos son los más fáciles de controlar:
-El tabaco: Contrae los capilares faciales impidiendo el paso natural de la sangre, del oxígeno y de los nutrientes a la superficie de la piel, haciéndola envejecer. También arruga la piel alrededor de la boca y de los ojos.
-El alcohol y la cafeína: Son diuréticos que pueden contribuir a la pérdida de hidratación del sistema.
-Los medicamentos: En ciertas condiciones pueden incidir negativamente sobre la piel y hacerla más sensible.
Siguiente post: Acné.
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